Los conflictos colectivos y huelgas se originan en el momento que surge una situación conflictiva que afecta a toda la plantilla. Por lo tanto existe un conflicto entre empresario y sus trabajadores.
Nunca será un conflicto colectivo aquel que afecte solo a una persona o a un par de trabajadores. La huelga se realiza con el fin de conseguir un objetivo que afecta a los trabajadores de una empresa.
Los mecanismos más habituales para quejarse o reclamar por parte de los trabajadores son la huelga y la negociación colectiva. Ambas partes deben de tratar de ponerse de acuerdo para el buen funcionamiento de la empresa, resolviendo el conflicto que originara la huelga de la mejor forma posible.
La forma más rápida de llegar a un acuerdo es tener al lado un abogado especialista en conflictos colectivos, asegurándose así el mejor resultado posible.
Como hemos dicho un conflicto colectivo sucede cuando todos los trabajadores de una empresa (o la gran mayoría) se ven afectados negativamente por algún motivo. Existen dos formas de iniciar un conflicto colectivo, por iniciativa de los trabajadores o mediante los representantes de los trabajadores (pueden ser sindicatos, comités, convenios, etc.). Cuando comienza este proceso los trabajadores no podrán ejercer su derecho a huelga.
Para realizar una huelga hay que seguir un procedimiento legal y una serie de pasos como comunicársela al empresario y crear un comité de huelga compuestos por los trabajadores que se disponen a realizar la huelga. El conflicto debe formalizarse por escrito y estar firmado, para posteriormente presentarlo en la Dirección Provincial de Trabajo o el órgano correspondiente según la Comunidad Autónoma.
Una vez que se inicie la huelga y durante todos los días que dure, el contrato de los participantes quedará suspendido y no percibirán ningún salario. Esto no quiere decir que se extinga la relación laboral con la empresa, son efectos que durarán mientras la huelga esté activa. Debemos tener en cuenta que hay ciertos puestos de seguridad o mantenimiento que deben desempeñarse sí o sí, por lo que estos no podrán realizar la huelga.
Los jefes o dueños de la empresa pueden realizar presiones psicológicas a sus trabajadores para que dejen la huelga y vuelvan a su puesto de trabajo, en el peor de los casos pueden llegar a amenazarles con el despido. En este caso debe contactar lo antes posible con Azofra y Conde para que podamos defender sus derechos. También puede darse la situación de ERTE o ERE.
Realizar una reestructuración de plantilla o un ajuste de plantilla es una forma de reducir coste para la empresa que lo ejecuta. Un ajuste de plantilla no es lo mismo que un despido, no hay que confundir estos términos.
Cuando se realiza una reestructuración de plantilla hay trabajadores que pierden su trabajo por motivos empresariales como pueden ser una fusión de empresas, cambio geográfico de la empresa, cambio en la estrategia de la empresa, etc. La empresa realiza estos cambios para poder ser más competitivos y mejorar la empresa.
El objetivo de la empresa es mejorar y por ello debe de justificarlo y no entrar en ninguna imprudencia jurídica. La justificación puede ser una reducción de costes debido a la incorporación de nuevas tecnologías que son más rentables que un trabajador, sea cual sea el motivo debe de estar justificado.
Lo primero que se debe hacer para llevar a cabo una reestructuración es realizar un diagnóstico de la situación financiera de la empresa. Debemos tener en cuenta que cuando se lleva a cabo una reestructuración se debe de analizar todo con la mayor precisión posible, ya que las decisiones que se tomen no serán reversibles y afectarán a varias familias.
Las medidas que tome la empresa dependerán del problema al que se enfrenten o las necesidades que tengan. Las necesidades de la empresa pueden ser coyunturales, en este caso se podrán adoptar medidas más leves y podrán ser temporales. De este modo ningún empleado será despedido. Esta situación puede ocurrir ante una situación de crisis temporal en la empresa o sector y pueden reducir la jornada laboral de los trabajadores o paralizar sus contratos de forma temporal.
Si la crisis que atraviesa la empresa no es temporal y se enfrenta a un problema de mayor gravedad, las medidas adoptadas serán más duras. De esta forma realizarán una reestructuración de la plantilla acorde a los problemas evaluados. El proceso de reestructuración.
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